El comercio electrónico se ha arraigado por completo en nuestra rutina diaria, y su importancia continúa en constante ascenso. Tras la pandemia, el crecimiento de esta modalidad comercial se aceleró considerablemente. Tanto es así que, las ventas realizadas por este canal supusieron el 19,7% de las compras mundiales el pasado año 2022, porcentaje que se calcula llegará al 25% en 2026.
En este sentido, tomar consciencia sobre la importancia de proteger nuestra información personal es más necesario que nunca, y es que, cada vez más, nos vamos a enfrentar a posibles amenazas que buscan comprometer nuestros datos. Desde el robo de identidad hasta la exposición de información financiera. Expuestos a constantes amenazas, es crucial tomar medidas proactivas para salvaguardar nuestra privacidad y seguridad en internet y sobre todo mejorar la seguridad de transacciones electrónicas.
Para garantizar una experiencia segura al comprar por el canal online, es fundamental seguir las medidas y consejos de seguridad online básicos. Empezando por el uso de contraseñas robustas que combinen letras, números y caracteres especiales, así como la verificación de la autenticidad de los sitios web mediante el protocolo HTTPS y la presencia de candados de seguridad. Además, la constante actualización del software de seguridad en tus dispositivos es esencial para adelantarse a posibles amenazas cibernéticas. Estos simples, pero poderosos pasos, son la base para fortalecer la privacidad del consumidor y realizar compras seguras por internet.
Los ciberataques más comunes en el consumo
El sector de consumo se ha convertido en un objetivo primordial para los ciberdelincuentes debido a la creciente migración hacia plataformas digitales. Las transacciones en línea y el almacenamiento de datos personales y financieros lo convierten en un blanco atractivo. Los consumidores modernos, con su preferencia por la comodidad y la accesibilidad de las compras en línea, han generado un vasto almacén de información valiosa.
Además, la constante evolución de tecnologías y dispositivos conectados ha ampliado las posibles vulnerabilidades, exigiendo una atención meticulosa a la seguridad. Con todo ello, los ciberataques más comunes son:
- Phishing: Este tipo de ciberataque implica el envío de mensajes fraudulentos, generalmente a través de correo electrónico, que aparentan ser de fuentes confiables y seguras. El objetivo principal de este tipo de ataque es robar datos personales sensibles, como información de inicio de sesión o datos de tarjetas de crédito.
- Malware: El malware es un software malicioso diseñado para dañar o infiltrarse en sistemas informáticos. Puede incluir virus, gusanos, troyanos y ransomware. Estos programas maliciosos pueden infectar dispositivos y comprometer la seguridad de la información personal o empresarial.
- Ransomware: El ransomware es un tipo de malware que cifra los archivos de un dispositivo y exige un rescate para desbloquearlos. Los ciberdelincuentes suelen solicitar el pago en criptomonedas para dificultar su rastreo. Este tipo de ataque puede causar pérdida de datos y afectar la operatividad de los sistemas.
- Ataques de fuerza bruta: Los ataques de fuerza bruta consisten en intentar adivinar contraseñas o claves de acceso probando diferentes combinaciones hasta encontrar la correcta. Los ciberdelincuentes utilizan programas automatizados para realizar miles de intentos en poco tiempo, aprovechando la debilidad de contraseñas sencillas o predecibles.
Medidas de seguridad online avanzadas
Ante un escenario como este, emplear medidas de seguridad más avanzadas nunca está de más. Por un lado, es recomendable hacer uso de redes privadas virtuales (VPNs) que permiten enmascarar la ubicación y cifrar la conexión, brindando una capa extra de anonimato y seguridad.
Además, la autenticación en dos factores, la cual añade una capa adicional de protección al requerir un segundo paso de verificación, más allá de la contraseña para acceder a tus cuentas, también es una medida muy práctica para evitar estafas.
También adoptar prácticas de manejo seguro de información de tarjetas de crédito, como evitar compartir datos en sitios poco confiables o utilizar métodos de pago verificados, lo cual nos ayuda a resguardar la información financiera durante las compras en línea.En esta misma línea, para identificar sitios web seguros, más allá la búsqueda habitual en la barra de direcciones, podemos utilizar herramientas como el servicio “SafeBrowsing” de Google, que nos advierte sobre sitios web sospechosos e informa sobre actividades maliciosas.Estas estrategias avanzadas son la clave para una protección sólida y una experiencia de compra más segura en el mundo digital.
Por último, si bien los administradores de las plataformas de comercio electrónico requieren los datos personales de sus clientes para procesar los pedidos, es crucial que los consumidores estén al tanto de los derechos del consumidor en línea. Según la legislación de protección de datos personales, las plataformas de e-commerce solo pueden emplear la información personal de sus clientes para los fines para los cuales han obtenido previamente autorización expresa. Esto implica que necesitan contar con el consentimiento explícito del cliente para usar los datos con propósitos distintos al procesamiento de la compra. Adicionalmente, todas las empresas tienen la responsabilidad de eliminar por completo los datos personales una vez finalice la transacción o la recepción y pago del producto.
